E. García-Albea, J. García-Albea
Neurosciences and History 2016;4(4):148-159
Tipo de artículo: REVISIÓN
AUTORES
E. García-Albea1, J. García-Albea2
1 Jefe de Neurología. Hospital Universitario Príncipe de Asturias. Profesor titular de Neurología, Universidad de Alcalá, Alcalá de Henares, España.
2 Servicio de Psiquiatría. Hospital Clínico Universitario San Carlos, Madrid, España.
RESUMEN
La historia del cerebro trata, sin duda, de uno de los grandes desafíos de la ciencia humana comparable tan sólo a la del conocimiento del universo, ambas todavía incompletas y pendientes de una explicación satisfactoria de su estructura y funcionamiento.
Desde la magistral explicación de Hipócrates en su opúsculo sobre la “enfermedad sagrada”, han sido muchos los avatares y enfrentamientos que han gravitado sobre esta víscera tan diabólica como angélica. No ha sido ajena a su manipulación teórica por parte de todos los poderes fácticos.
A comienzos del siglo XX, en un momento en que los conocimientos sobre la anatomía, la fisiología y la clínica se han multiplicado, el culto al cerebro es máximo (“el mito del cerebro” de Wilhelm Erb) y, en la entonces Unión Soviética, se funda el Panteón de los Cerebros, que pretende albergar los cerebros (“el hombre es su cerebro”) de las figuras más populares de la unión soviética. Stalin, que dirige la operación, quiere adelantarse a la iniciativa de coleccionar cerebros que se está llevando a cabo en todos los centros médicos y neurológicos del mundo. Desde Lenin a Eisenstein o desde Chejov a Pavlov, sus cerebros permanecen en el panteón moscovita. La institución, que inicialmente quería emular al Panteón parisino, sufrió un deterioro con la caída de la Unión Soviética que ha perdurado hasta su rehabilitación actual. Esta breve monografía trata de relatar este singular proceso.
PALABRAS CLAVE
Cerebro, historia, neuropatología, colección de cerebros, frenología, mesmerismo
Neurosciences and History 2016;4(4):148-159