J. M. Ramírez-Moreno, M. V. Millán-Núñez
Neurosciences and History 2017; 5(4): 128-135
Tipo de artículo: REVISIÓN
AUTORES
J. M. Ramírez-Moreno1,2,3, M. V. Millán-Núñez4
1Departamento de Ciencias Biomédicas. Facultad de Medicina, Universidad de Extremadura, Badajoz, España.
2Centro de Ictus, Sección de Neurología. Hospital Universitario Infanta Cristina, Badajoz, España.
3Grupo de Investigación Multidisciplinar de Extremadura (GRIMEX). Badajoz, España.
4Servicio de Cardiología. Hospital Universitario Infanta Cristina, Badajoz, España.
Manuscrito dedicado a la memoria del Dr. Federico González Dorrego, fundador y primer Presidente de la Sociedad Extremeña de Neurología y Profesor Titular de
Neurología de la Universidad de Extremadura.
Este trabajo fue objeto de una conferencia en los XXXIX Coloquios Médico-Quirúrgicos de Zafra con el título “Reflexiones en patología cerebrovascular. Operación argonauta”.
RESUMEN
Introducción. El 12 de abril de 1945, Franklin D. Roosevelt, 32º presidente de los Estados Unidos, muere en Warm Springs, Georgia, como consecuencia de una hemorragia cerebral masiva. Presumiblemente, había gozado de una excelente salud, y la opinión pública no parecía tener indicios de que algo así pudiera suceder.
Desarrollo. El escrutinio de los datos de la historia médica disponible en la actualidad revela la ignorancia de algunos de los médicos asistentes del presidente o bien que su salud precaria fuera ocultada de manera consciente. En esta revisión, analizamos con carácter histórico, y basado en las pruebas biográficas disponibles, algunos elementos de la salud cardiovascular y cognitiva de F.D. Roosevelt, tomando como referencia histórica la Conferencia de Yalta.
Conclusiones. La hipertensión arterial, por su prevalencia, posibilidad de tratamiento y control, ha emergido como un factor de riesgo potencialmente modificable de deterioro de la función cognitiva. Muchos años después de la muerte de F.D. Roosevelt por una catástrofe neurológica de causa hipertensiva, la hipertensión arterial sigue siendo el condicionante de riesgo más prevalente para la enfermedad cerebrovascular y el que mayor peso tiene como factor de riesgo atribuible poblacional. Sigue siendo preciso el continuo desarrollo de programas efectivos para controlar satisfactoriamente la presión arterial y por tanto para prevenir de forma primaria el ictus y el declive cognitivo.
PALABRAS CLAVE
Deterioro cognitivo, Franklin Delano Roosevelt, hemorragia cerebral, hipertensión arterial, ictus, mortalidad,
patobiografía
Neurosciences and History 2017; 5(4): 128-135