M. Arias Gómez
Neurosciences and History 2022;10(4):167-177
Tipo de artículo: REVISIÓN
AUTOR
M. Arias Gómez
Servicio de Neurología. Complexo Hospitalario Universitario de Santiago, Santiago de Compostela, España.
Parte de este texto fue la base de una lección dictada en la ciudad de Delfos (Grecia), dentro del marco del VII Curso de Neurohistoria, organizado por la Sociedad Española de Neurología.
RESUMEN
Introducción. En los papiros egipcios de Kahun y Ebers se describe cómo “el útero insatisfecho por no gestar” se torna errante y causa una singular patología (sofocos, palpitaciones, atragantamiento), que los griegos denominarían histeria (ὑστέρα = útero). El nombre y la fisiopatología de la histeria han cambiado a lo largo de los siglos, de modo que actualmente esta patología ocupa una importante parcela dentro del terreno de las neurociencias.
Objetivo. Realizar una revisión histórica sobre las distintas acepciones y concepciones de la histeria a lo largo de los siglos, en lo que atañe a las civilizaciones occidentales.
Desarrollo. Durante siglos, médicos grecorromanos (Hipócrates, Galeno, Sorano, Celso) apoyaron tal origen uterino, aunque algunos negaron la itinerancia. En el Medioevo y en el ámbito del cristianismo, se recurrió a la posesión diabólica y brujería como causalidad. Asentado el Renacimiento, Willis y Sydenham se inclinaron por un origen nervioso y emocional; antes Sylvius puntualizó que las mujeres sufrían histeria y los hombres hipocondriasis. Durante el Clasicismo, Whytt escribió sobre histeria e hipocondriasis, enfatizando el componente emocional; Mesmer formuló la estrafalaria hipótesis del magnetismo. En el s. XIX, sobresalen Briquet, quien describe con amplitud las variadas manifestaciones del síndrome, y Charcot, quien utiliza el hipnotismo como método diagnóstico (provocador) y terapéutico. Freud recoge las ideas de Charcot y, mediante introspección y asociación libre, cura a la tosedora crónica Anna O. La insatisfacción sexual como causa de histeria estuvo en boga en el primer tercio del s. XX; la Gran Guerra hizo aparecer nuevas formas en varones. En sucesivas ediciones del DSM, se destierra el término histeria y se habla de trastornos disociativos (de la mente) y somatomorfos (del cuerpo).
Conclusiones. Actualmente se prefiere el término de trastorno funcional: en su génesis se implica a la corteza prefrontal que, conectada a distintas regiones encefálicas (sistema límbico, hipocampo, corteza motora y sensitiva…) y minorando la voluntad del paciente, suprimiría (ceguera, amnesia, afasia, parálisis) o potenciaría (seudocrisis) a otras regiones cerebrales.
PALABRAS CLAVE
Histeria, trastornos conversivos, trastornos funcionales, neurohistoria
Neurosciences and History 2022;10(4):167-177